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El Propósito como Hilo Conductor de la Cultura Organizacional

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Nuestras aspiraciones respecto al trabajo son cada vez más elevadas. Nos sentimos atraídos por organizaciones que generan un impacto claro y positivo en el mundo y que viven conforme a sus principios.

Queremos sentir orgullo por la organización a la que pertenecemos y respaldar sus acciones y comportamientos como si fueran un reflejo de nosotros mismos. Y por eso somos cada vez más intolerantes con aquellos trabajos que no nos aportan algo significativo.

“El 70% de las personas dicen que definen su propósito a través del trabajo. Y es probable que en el caso de los millennials el porcentaje sea aún mayor”- McKinsey-

Estamos atravesando un momento de muchos cambios y existe una gran oportunidad para las organizaciones de transmitir el impacto que tienen en la sociedad. Y de trazar un camino claro para aquellas personas cuyo propósito individual se encuentre alineado al de la compañía.

Las marcas inspiradoras son aquellas que nacen con un propósito, independientemente de que se comunique o no. Simon Sinek, con su premisa del “Círculo Dorado” propuso un cambio de paradigma, dejando en evidencia que las empresas que tienen un mayor crecimiento son aquellas que saben perfectamente cuál es su razón de existir y cómo quieren impactar en el mundo.

Antes se ponía el foco en el “Qué” (el producto o el servicio) y algunas compañías también en el “Cómo” (estrategia, plan de acción, valores) pero el “Por qué” es lo que inspira a clientes, empleados, inversionistas y proveedores a ser parte de la compañía y es la clave de la diferenciación.

Ejemplos de Propósito de Empresa

Cuando las empresas aprovechan al máximo su posición para beneficiar a la sociedad, el impacto puede ser extraordinario. Lo que tienen en común las siguientes empresas es que piensan en grande y tienen un propósito claro y fuerte.

TED: «Ideas dignas de difundir».
Google: «Organizar la información mundial y hacerla universalmente accesible».
Singularity University: «Impactar positivamente en mil millones de personas».
Amazon: «Entregar la mejor experiencia de compra en internet».
IKEA: «Mejorar la vida de las personas todos los días».
Twitter: «Ser el pulso del planeta».
SpaceX: «Ser una especie multiplanetaria».

Ninguna dice lo que la organización hace, sino lo que aspira a conseguir. Comunicar el propósito tiene una función aspiracional. Busca conectar emocionalmente con las personas para que pueda identificarse con él.

Según Salim Ismail, director ejecutivo y fundador de Singularity University, las declaraciones de propósito logran capturar los corazones y las mentes y además sirven como guía para las personas tanto por dentro como por fuera de la organización.

El propósito debe ser realista para que las personas puedan creer y luchar por él. Y también transformador, porque tiene el objetivo de generar un cambio en el entorno.

Sin embargo, las declaraciones de propósito de muchas compañías son simplemente una formalidad. Son tan genéricas que hacen poco para desafiar el statu quo del negocio y no tienen en cuenta las preocupaciones de los empleados, creando lo que se conoce como una “brecha de propósito”.

Cómo Cerrar la “Brecha del Propósito”

El propósito de una compañía tiene mucho que ver con la visión de su fundador, su filosofía y su forma de entender la vida. El propósito debe surgir como algo genuino, no es algo que se pueda forzar.

Conectar el propósito con el corazón de una compañía significa comprender la estrategia que persigue, las operaciones que la impulsan y la organización en sí misma. Significa conectar el propósito con su capacidad única para crear valor.

Lo que necesitan las compañías es hacer un trabajo de reflexión profunda sobre la identidad corporativa, la visión de futuro y los principios que la representan. Y esto puede destapar verdades incómodas y desafiar la estructura actual. Puede significar entablar conversaciones difíciles sobre algunos de nuestros negocios y reevaluar a nuestros socios en función de sus prácticas y de sus valores. Vivir con un propósito auténtico debe sentirse incómodo y nuevo.

Ahora bien, los resultados no surgen por arte de magia porque una empresa decida ser impulsada por un propósito. Es un trabajo que no se podría hacer sin un compromiso profundo de todos los empleados, especialmente los que están en los niveles más altos. Defender tal cambio requiere liderar con empatía y tener una clara visión de futuro que se extienda más allá del problema en cuestión.

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¿Qué Hay de la Cultura?

La cultura también es parte del impacto social de una compañía. Una declaración de propósito es capaz de generar un movimiento cultural, es tan inspirador que hasta puede crear su propia comunidad.

No hablamos solo de los consumidores, sino también de los empleados. El propósito sirve para motivarlos e inspirarlos. Y las empresas se vuelven más humanas: inspiradoras, colaborativas y empeñadas en crear una experiencia para los trabajadores que sea significativa y agradable.

Según un estudio realizado por McKinsey, aquellos empleados que dicen vivir su propósito en el trabajo tienen más probabilidades de reportar una mayor resiliencia y una mejor salud y más probabilidades de querer permanecer en la empresa y de hacer todo lo posible para que sea exitosa.

Pero, ¿qué se necesita para lograr un entorno de trabajo en donde los empleados aporten entusiasmo, creatividad y colaboración? Aquí es donde se vuelve crítico alinear el propósito individual con el propósito organizacional.

Propósito y Cultura

Hacer ese vínculo, es decir, lograr una cultura verdaderamente impulsada por un propósito, requiere escuchar, analizar y comprender qué es lo que más les importa a los empleados, qué los motiva e impulsa, cuáles son sus fuentes de significado, sus aspiraciones y sus ansiedades. Y de esta manera incorporar y activar el propósito individual dentro de la cultura de la compañía.

Para que el propósito sirva como guía para fortalecer la cultura, debemos reflexionar sobre cómo podemos hacer que el propósito sea parte de la conversación o interacción en cada uno de los momentos del Employee Journey.

Propósito en el Employee Journey

Por ejemplo, desde la etapa de contratación podemos conectar explícitamente el propósito de la organización con el aporte que cada individuo podría hacer desde la posición para la cual está aplicando. Y comunicar claramente, a través de ejemplos e historias, qué tipo de comportamientos están alineados con dicho propósito para que el candidato sepa qué esperar. Esto aumentará las probabilidades de atraer a personas cuyo propósito encaje bien con la organización y el trabajo.

El área de recursos humanos puede garantizar que se realicen cambios claros en los procesos de reclutamiento y el desarrollo de capacidades determinando las características de un empleado "impulsado por un propósito" e incorporando estos atributos en la planificación de la contratación, el desarrollo y la evolución dentro de la compañía.

También puede ser muy valioso incorporar métricas basadas en el propósito en los momentos de retroalimentación y evaluación de desempeño.

Conclusión

La declaración del propósito corporativo es el hilo conductor que conecta la cultura, la estrategia y la cadena de valor. Es una oportunidad para inspirar a nuestra gente, involucrar a los clientes y transformar nuestro entorno.

No debemos conformarnos con una declaración genérica ni que quede solo en palabras. Las personas queremos ser parte de algo más grande y las empresas con un propósito claro y fuerte pueden ayudarnos a conseguirlo.

Autora: Fiorella Adamo,

Responsable de proyectos de Customer & Employee Experience.

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