La Propuesta de Valor al Empleado (EVP) se ha convertido en un desafío fundamental para las empresas que desean no solo atraer, sino también retener y motivar a sus empleados. Las expectativas de los empleados están cambiando, y para mantenernos al día, debemos construir una estrategia de EVP que defina los mecanismos concretos para relacionarnos con ellos, aumentando su satisfacción, retención y compromiso. Además, esta estrategia debe contribuir al fortalecimiento de la marca y la reputación de la empresa en el mercado.
No es tan sencillo como parece, ya que va más allá de enumerar beneficios y compensaciones (incluyendo el salario) o mencionar planes de carrera que pocas veces se confirman con evidencia. La EVP puede definirse como la promesa integral que sustenta y apalanca la experiencia del colaborador en la empresa, y hoy en día, es tan importante que puede marcar la diferencia entre atraer y retener a los mejores talentos del mercado, o perderlos frente a la competencia.
Trabajar en el diseño de una EVP implica no solo cumplir con las expectativas de los empleados desde el proceso de atracción y selección, sino también contar con una estrategia que permita superarlas, generando compromiso y un ambiente laboral positivo.
Si estás diseñando tu EVP, ten en cuenta:
- Que sea integral: Incluye todos los aspectos importantes de la experiencia del colaborador. Tal vez el Employee Journey Map te dé algunas luces.
- Que sea diferente y competitiva: El colaborador de hoy quiere sentirse especial, único.
- Que sea real: Debe reflejar la verdadera cultura de la empresa y conectar la misión, visión y valores con los empleados.
- Que incluya beneficios tangibles e intangibles: No solo compensación, sino también reconocimiento, ambiente de trabajo, etc.
- Que sea flexible: Debe adaptarse a las diferentes necesidades y expectativas de los empleados. Los arquetipos de empleados pueden ofrecer pistas.
- Que sea transparente: Clara, honesta y basada en la realidad de la empresa. Debe ser cumplible.
- Que conecte lo personal con lo profesional: Debe impulsar el crecimiento profesional y, al mismo tiempo, incentivar el bienestar físico y mental de los empleados y su proyección familiar.
Diseñar y mantener activa una EVP en tu empresa requiere investigación constante para conocer a fondo las necesidades y expectativas de los empleados, comunicación cercana y medición permanente para hacer los ajustes necesarios. Los beneficios para la organización, en términos de satisfacción y compromiso de los empleados, serán tangibles y contribuirán a lograr los objetivos corporativos.
En Izo, estamos encantados de apoyarte en el diseño y la implementación de una nueva Propuesta de Valor (EVP) que se ajuste a tus expectativas y a las de tus empleados. El reto será entonces diseñar una propuesta de valor atractiva que se ajuste a la realidad de la experiencia del empleado en tu empresa.